Escribe esta carta justo antes de morir. Podemos decir que son sus últimas palabras. Pedro muere, según la tradición en Roma, antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C.

Cuatro cosas que Dios quiere

Quiere que su pueblo viva correctamente (1:1-11). Ser cristiano es mucho más que tomar una decisión, es vivir según el conocimiento de Dios. Este conocimiento nos da esperanza de la vida eterna y de ser partícipes de la naturaleza divina. Sólo cuando hacemos las cosas que Dios quiere podemos estar seguros de que estamos siguiendo su camino. No hay lugar para los indecisos.

Quiere que su pueblo viva de acuerdo con la palabra escrita (1:12-21).

Jesús no vino a este mundo para abrir la puerta del cielo, sino para darse a conocer. Este conocimiento lo impartió a sus 12 apóstoles para que ellos a su vez nos enseñaran también. Pedro dice que él quiere que recordemos estas cosas. No podemos recordar nada de la vida de Jesús que no esté escrita. Las otras profecías no establecen lo que sucedió en su vida. Inmediatamente, Pedro pasa a hablar de las Escrituras y la confianza que tiene en ellas para comunicarnos con certeza acerca de Dios.

Quiere el juicio de los que desvían a otras personas

En 2:1-3:7, Pedro estaba sumamente molesto por la situación de los ‘falsos maestros’ que andan desviando al pueblo de Dios de sus verdades. Pedro deja en claro que Dios va a castigar a estas personas. Muchas veces, cuando no tenemos presente el juicio de Dios, tendemos a no cuidar nuestro andar. Pero la descripción que Pedro dio de estas personas es escalofriante. Los describe como “animales irracionales, nacidos como criaturas del instinto para ser capturados y destruidos, blasfemando lo que ignoran, serán destruidos con la destrucción de estas criaturas”, (2:12).

Una de las tentaciones que se nos presenta es preguntar: “¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación”, (3:4).

¿Por qué aún no cumple Dios todas sus promesas? Quiere que todo su pueblo sea salvo (3:8-13). ¿Cuál es el motivo porque Dios tarda en cumplir su promesa acerca del juicio de los malvados? Pedro dijo que a Dios no le faltan ganas para destruir a los malvados. Su destrucción está segura (3:7), pero el motivo de Dios es que todo su pueblo sea salvo (3:8-13) y explicaba que el día del Señor no es para juicio, sino para salvación. Su paciencia es para que todos nosotros, en contraste con ellos, podamos arrepentirnos y ser parte de su pueblo. Y luego nos explica que Dios va a hacer un nuevo cielo y una nueva tierra donde vamos a ver justicia.

Advertencias finales

Pedro cierró la carta con unas advertencias que indican la necesidad de que el cristiano conozca bien las Escrituras o estará en camino de ‘su propia perdición’ (3:16). La causa es que cuando somos ‘ignorantes e inestables’ podemos torcer las Escrituras. Tenemos así la obligación de estudiar a fondo y conocer nuestra fe. No hay lugar para un cristianismo ligero o de poco estudio. No basta con cantar y bailar para agradar a Dios y conocerle.


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