Guía de lectura: 1° de Samuel

Cuando nos acercamos a un escrito es importante tener alguna información que nos permita descubrir el propósito del mismo. Ciertos datos, tales como el autor, el contexto histórico, el estilo y la audiencia nos permiten entender mejor el significado de las expresiones idiomáticas, narraciones, ejemplos y estructura de un libro.

En el caso de Samuel, existen dos libros en la Biblia con este nombre a los cuales nos referimos como 1° y 2° de Samuel. Estos libros narran historias ocurridas en el pueblo de Israel de los años 1100 a. C. al 970 a. C., aproximadamente. Estas historias comprenden un periodo de cerca de 130 años. Son eminentemente autobiográficas, por lo que es obvio que no los escribió un solo autor ni en una sola sentada, sin embargo, existen razones para que tengan un solo nombre y mantengan su división en dos libros.

¿Por qué un solo nombre? 

Básicamente, porque forman una unidad que narra la transición entre la época en la que Israel era un grupo de tribus hermanas guiadas mediante jueces, en un primer momento, y después como reino bajo el mando de un monarca. También explica la aparición en escena de un grupo nuevo de líderes bajo el nombre de profetas. Estos dos hechos fueron supervisados por una sola persona que, al mismo tiempo, fue el último de los jueces y se podría considerar el primero de los profetas. Su nombre fue Samuel y por eso se llama así el libro. 

¿Por qué dos libros?

Primeramente, por su extensión. En el tiempo en el que fueron escritos no existían los libros tal como los conocemos hoy. Se escribía en rollos de piel o papiro y estos tenían limitaciones de tamaño, lo que hacía que escritos muy extensos se tuvieran que acomodar en varios rollos. Este es el caso de Samuel y los números 1° y 2° indican el rollo respectivo. También es importante entender que el primero de los libros es atribuido directamente a Samuel. La última parte fue escrita por alguien más, pues narra acontecimientos posteriores a la muerte del juez-profeta, así como la época en la que el pueblo estaba todavía muy dividido bajo el reinado de Saul. El segundo libro se desarrolla en circunstancias diferentes. Tras un periodo inicial de siete años se logra la unidad nacional bajo el reinado de David quien, hasta la fecha, es considerado el prototipo de rey que Israel quisiere tener.

¿De qué habla el libro 1° de Samuel?

Lo podemos dividir en tres secciones principales:

I.- La falla del sistema sacerdotal y la solución en el sistema de profetas (capítulo 1-7)

Originalmente Dios había establecido a la tribu de Leví para llevar a cabo las funciones relacionadas con el tabernáculo donde se guardaba el arca del pacto que representaba la presencia de Dios entre el pueblo de Israel. Dentro de esa tribu había destinado a los descendientes de la casa de Aarón para llevar a cabo las funciones sacerdotales que incluían, entre otras, la enseñanza de las Escrituras, la interpretación de la voluntad de Dios expresada en ellas y los actos litúrgicos de sacrificios, adoración, etcétera. Sin embargo, de la misma manera que el resto de las tribus, se “contaminaron” al no seguir las instrucciones de Dios con respecto a cómo debían vivir en la tierra que él les había dado. El sistema levítico sacerdotal se pervirtió y dejó de lado las instrucciones de Dios. En los primeros capítulos de Samuel se narra esto de dos maneras: a.- los hijos del Sumo Sacerdote fornican con las mujeres que vienen al tabernáculo y b.- El arca es capturada por los enemigos de Israel. Es interesante que este último hecho provoca la muerte del Sumo Sacerdote (Elí) y el nacimiento de un niño cuyo nombre resume la situación de Israel (Icabod=”sin gloria”).

No obstante, años antes de que ocurrieran estos hechos Dios había hecho nacer a un niño a quien se le llamó Samuel que significa “Dios lo oye” o “él oye a Dios”). Este niño, aun y cuando no procede de la casa de Aarón y ni siquiera a la tribu de Leví, es entregado al templo a muy corta edad y es educado bajo la tutela del Sumo Sacerdote. Desde niño recibió el mensaje de Dios con respecto al fracaso del sacerdocio y años más tarde ejerció la función de Juez. Se le reconoce como Profeta y se encarga de instruir al pueblo en las Escrituras. De hecho, es muy posible que esta haya sido una de las razones para que escribiera este libro. También se adjudican a Samuel la composición final de los libros de Josué, Jueces y Ruth lo cual hablaría de su intención de enseñar a los israelitas acerca de su Dios, Jehová.

II.- La falla en el sistema de jueces y la solución en el sistema de reyes (Capítulos 8-12)

A diferencia de otras narraciones de esa época, por ejemplo las narraciones homéricas como La Iliada y La Odisea escritas por esas fechas, no están plagadas de seres fantásticos y dioses con vicios humanos cuyos protagonistas son descritos principalmente por sus logros y virtudes sin mencionar casi sus debilidades o defectos. La narración bíblica nos muestra lo frágil, débil y corrupto de los personajes, se llamen Samuel o David. No omite que la misma situación que atrajo el juicio de Dios sobre el sacerdocio le ocurrió a él. Sus hijos eran unos pervertidos y el pueblo elegido estaba tan culturizado con las naciones de alrededor que solicitan, bajo el pretexto de los hijos inmundos, abrazar una forma de autodeterminación nacional en la figura de un rey. La solicitud es concedida en la persona de Saúl.

III.- La falla en el sistema de reyes y la solución en un rey “conforme al corazón de Dios” (Capitulos 13-31)

Esta solicitud es interpretada por Dios mismo con estas palabras: “no te desechan a ti sino a mí”. Al mismo tiempo, se les advierte lo que harán los reyes con el pueblo, cómo les someterán y cobrarán impuestos y sujetarán a situaciones de sufrimiento. 

En estos capítulos, el tema se podría resumir como “lo que debería hacer un rey y no hace, pero otros lo hacen por él”. La narración nos muestra a un Saúl que se preocupa más por la opinión de la gente que por la de Dios. Es un rey que desobedece las instrucciones de Dios para hacerse de un botín; un rey que en vez de atacar a sus enemigos está haciendo pactos tontos que imposibilitan a su ejército obtener la victoria y ponen en riesgo la vida de su hijo; uno que por consideración a la opinión del pueblo no cumple un juramento a Dios; uno que se encierra en su tienda por temor a un gigante blasfemo; uno que después de haber proscrito a los adivinos en su reino se disfraza para consultar a una adivina; uno que procura la muerte de aquel a quien Dios eligió. A su vez, la narración muestra a Jonathan y David haciendo lo que debería estar haciendo este rey: pelando contra los enemigos, confiando en Dios, buscando a los profetas, respetando los decretos divinos y llevando a cabo pactos que, por temor al Señor, mantendrán a costa de lo que sea. El nuevo rey, David, sería una prefiguración del Mesías.

Conclusiones

La Biblia, a diferencia de cualquier otro escrito, tiene la peculiaridad de la intervención de Dios mediante la “inspiración” en la autoría. Desde esta perspectiva es que se le conoce como la “palabra de Dios”. A lo largo de todos los libros mantiene un propósito único: revelar a Dios a los hombres para que estos le reconozcan en la persona de Jesucristo y mediante la fe en él obtengan la salvación. En el libro 1° de Samuel está reflejado este mismo propósito. Los hombres están en un estado caído, como diría Pablo en la epístola a los Romanos: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. ¿Se acuerdan de Icabod? No importa si esta persona es Samuel, Saúl o David (o Abraham, Moisés, Noé…) necesitan un salvador. ¿Quién será este salvador? Uno que va a ser todo lo que Dios quiere que sea el hombre: Sacerdote, Juez, Profeta, Rey, pero conforme a su corazón. Mediante la vida y los escritos de Samuel, Saúl, Jonathán y David, Dios está anunciando de antemano quién será este salvador: uno conocido como “hijo de David” (Rey), uno que juzgará justamente (Juez), uno que es sacerdote eterno según el orden de Melquisedec (Sacerdote), aquel profeta a quien todos deben oír y obedecer o serán cortados del pueblo de Dios (Profeta).

El 2° Libro de Samuel se ocupa de narrar el Reinado de David, sin embargo, al igual que el resto de los libros de la Biblia, el interés se centra no en la narración cronológica sino en los eventos que marcan indicios acerca de la obra redentora de Dios.

Estructura:

7 Años de Reino dividido (1-4)

Los Aciertos de David (5-10)

La Rebelión de David (11-12)

Las Rebeliones en contra de David (13-20)

Apéndices: (21-24)

El punto Central del Libro

Es interesante notar que tiene una estructura que centraliza los capítulos 11 y 12, los cuales narran el infame acto de David de robar su mujer, Betsabé, a Urias, uno de los valientes de David. También relata el posterior asesinato de este con la participación de Joab, el juicio de Dios al respecto al permitir la muerte del hijo de David y el perdón de Dios al nacer Salomón. ¿Cuál es la trascendencia? ¿Por qué permitió Dios que pasara esto? Dios ya había dicho que sería un descendiente de David quien le haría “Casa”. Este descendiente sería conocido como el “Mesias”. Sería un Rey y se le conocería como el hijo de David pero, ¿cómo sabríamos de cuál de todas las mujeres de David nacería y de cual de todos los hijos de David descendería? Dios en el 2° libro de Samuel lo deja claro y el evangelio de Mateo lo confirma al brindarnos una línea genealógica para reconocer a Jesus como Cristo. En ella se incluyen solo cinco mujeres Tamar, Rahab, Ruth, Betsabé y María.

Paralelos narrativos

También debemos notar que existen paralelos en las narraciones de las secciones 1 y 4.

Sección 1 (Capítulos 1-4 )

Is-boset (Casa de Saúl) Vs David (2)  

Joab asesina a traición a Abner (3)  

El príncipe de Saúl es asesinado (Is-boset 4)

Sección 4 (Capítulos 13-20)

Casa de Saúl Vs. David (16)

Joab asesina a traición a Amasa (20)

El príncipe de David es Asesinado (Absalón) (18)

Otros paralelos se dan entre los temas del capítulo: 1.- la muerte de Saúl y Jonathán y el capítulo 21 en el que descendientes de Saúl son ahorcados en venganza.

¿Qué más debemos tener en cuenta al leer este libro?

El brazo ejecutor

Joab.- Es un protagonista a lo largo de todo el libro. Se le menciona como un asesino (Abner, Urías (indirectamente), Absalón y Amasa) al cual el Rey no ejecutó. ¿Recuerdas la reacción de David contra el que ayudó a que Saúl se suicidara o contra los que asesinaron a Is-boset? Pero a Joab no lo toca. Las razones solo son hipótesis pero aun así debemos entender que la Biblia nos deja ver a un rey que no es sobrehumano y está sujeto a debilidades. Al permitir cosas por conveniencia lo único que David hacía era alegar una y otra vez, a veces a través de proclamación de endechas, que él era inocente de esas muertes.

Betsabé – Tamar

Betsabé (Capítulo 11).- Muchos comentaristas la colocan como una víctima, sin embargo el relato nos muestra algunos puntos que deben considerarse: 1.- Se estaba bañando en un lugar que, sospecho, sabía que la podría ver el rey desde su casa; 2.- después del acto salió a su casa a bañarse otra vez.

Tamar (Capítulo 13).- 1.- Es llevada con engaño y se resiste a la violación; 2.- Después de ser violada sale gritando, rasgando sus ropas y echándose tierra; de hecho, la tiene que callar su hermano.

Creo que está muy claro el contraste que marca el libro entre la actitud de Betsabé y Tamar.

La paternidad

¿Qué hizo David con Amnón? Se enojó pero no hizo nada.

¿Qué hizo David con Absalón? Se enojó pero no hizo nada.

¿Qué hizo David con Adonías? Se enojó pero no hizo nada. Esto viene narrado en el capítulo 1 del libro 1° de Reyes que es la continuación de 2° de Samuel.

El hilo de la revelación en 2° de Samuel

En este libro Dios nos revela dónde, quién y cómo sería su plan de redención.

¿Dónde?

Siglos antes Dios había prometido una tierra a Abraham. Era una zona geográfica específica en la que multiplicaría su descendencia y en la que su simiente bendecirá a todas las familias de la tierra. En aquel entonces le permitió a Abraham tener un encuentro con el rey de Salem y se menciona la ciudad de Jebús. Sin embargo, por siglos y siglos ningún israelita posee esta zona de la tierra prometida. Cuando David se consolida como rey de las 12 tribus, decide establecer la capital en esta ciudad y los jebuseos lo retan diciéndole que hasta los ciegos y los cojos los podrían vencer, David y sus hombres logran tomar Jerusalén y la transforma en la capital del reino.  Dentro de sus muros construye Sion, también llamada la ciudad de David. Este punto geográfico exacto del planeta será clave en la historia de la Redención. Allí más de mil años después será presentado el niño que es el Mesías; allí será cuestionado por sacerdotes; allí se llevará a cabo el juicio humano en contra de Jesucristo; allí se le condenará a muerte y de allí saldrá rumbo al Calvario para ser crucificado; allí es donde inició la Iglesia, como dijo el Señor a la samaritana: “Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. ” Juan 4:21-22

¿Quién?

Dios hizo un pacto con David: “Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino” Samuel 7:12-13.

Obviamente Salomón no reinó para siempre. A quien se le llamó el Hijo de David fue a Jesucristo y aun Pilatos, el procurador romano, le reconoció como Rey: “Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a este sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;

y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.” Juan 19:12-19

¿Cómo?

En el último capítulo del 2° libro de Samuel aparece la historia de un censo que David llevó a cabo. Dios incitó a David a llevar a cabo este censo para descargar su ira contra Israel (v. 1) y da a elegir el castigo. El rey elige el que permita apelar a la misericordia de Dios. Empieza la plaga y la mortandad, y cuando la plaga llega a Jerusalen, le es indicado a David el proceso de Salvación. David rogó: “Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.” (v. 17). La respuesta de Dios es: “Sube, y levanta un altar a Jehová en la era de Arauna jebuseo”. David va, no acepta que le presten la era y negocia su compra con Arauna, después sigue la instrucción de Dios y ofrece un sacrificio sustituto, lo interesante de la historia es que esto esta ocurriendo exactamente en el mismo lugar donde Abraham iba a sacrificar a Isaac y Dios provee un carnero, un sacrificio sustituto, y donde años después Salomón edificó el templo. El proceso de Salvación de Dios es mediante el sacrificio sustituto ¿quién debe pagar por el pecado? Isaías nos lo dice claramente: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.” Isaías 53:5-12

Conclusión:

Los Libros de Samuel nos muestran claramente que Dios controla la historia con el propósito de que podamos reconocer en Jesús, el Cristo. La vidas narradas no son una guía de actuación a seguir, sino un reflejo claro de: a.- La condición caída de todos los hombres; b.- La imposibilidad de satisfacer los requerimientos de Dios, c.- El amor y misericordia de Dios a pesar de nuestras rebeldías; d.- El control que él tiene sobre todas las circunstancias; e.- La provisión de un salvador para lidiar con nuestro problema del pecado; f.- la realización de su plan de salvación mediante la persona de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.


Índice A.T.