Rut: La historia de la redención en cuatro escenas

Introducción:

Este pequeño libro de la Biblia comparte junto con el de Ester la característica de recibir el nombre de personajes femeninos. Ambas son figuras protagonistas de sus respectivas historias y ambos casos plantean situaciones que los convierten en libros “polémicos”. En el caso de Rut la polémica gira en torno a la autoría, fecha y propósito.

Autoría:

De forma general, se atribuye este libro a Samuel, el profeta que medió el cambio de gobierno de los jueces a una monarquía. Sin embargo, algunos partidos que ven amenazado su nacionalismo rechazan la idea. No pueden creer que Samuel, bajo cuyo consejo se estableció finalmente Israel como nación, hubiera incluido un concepto de origen no israelita: el de la casa real.

Fecha:

El libro indica que los hechos ocurrieron en la época de los jueces, pero la pregunta permanece: ¿cuándo fue escrito? Algunas respuestas indican que había pasado suficiente tiempo desde la época de Moisés hasta la fecha en la que fue redactado Rut para tener la necesidad de explicar algunas costumbres que ya no se mantenían. Por otro lado, la narración del linaje que culmina hasta el rey David hace que el texto tenga que ser posterior a este. Aquellos a quienes resulta molesto la inclusión de Moab en los orígenes de la casa real, lo ubican posterior al inicio del reinado de David y sostienen que Samuel no lo pudo haber escrito. Si consideramos el hecho de que fue precisamente Samuel, el profeta que Dios usó para designar a David como su escogido, entonces es perfectamente posible que el profeta sea el autor y la fecha se ubique entre los años en los que Saúl subió al poder y Samuel ungió al sucesor del primer rey de Israel, es decir, cerca de 1030 a. C.

Propósito:

Dando por sentado que Samuel escribió este hermoso libro, podemos notar una continuidad histórica entre Jueces y Rut. Las últimas historias de Jueces narran hechos terribles que incluyen personas del pueblo de Belén de Judá y de la zona de Efraín (Jueces 17:1, 7, 9; 19:1-2, 18) y de Benjamín (Jueces 19:16; y capítulos 20 y 21). Todas estas historias están enmarcadas por la frase “no había rey en Israel” (Jueces 17:6; 18:1; 19:1; 21:25). Si comparamos esto con la instauración de la monarquía, podría haber un sentido político en estos pasajes. El reino fue establecido sobre la línea de Benjamín, pues Saúl pertenecía a ella (1 Samuel 9:1) y siguió en la línea de Judá, pues David era su descendiente, del pueblo de Belén (1 Samuel 16 1-13). El gran conflicto provocado entre esas casas pudiera ser la continuación de los conflictos narrados en Jueces. Es en medio de estas narraciones es donde se sitúa a Rut. Si el final de Jueces es desesperanzador  con la frase “en esos días no había rey en Israel, cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos” (Jueces 21:25), el final de Rut contrasta narrando el linaje de David, quien se convertiría en el más reconocido de los reyes de Israel (Rut 4:22).

Este libro está escrito de forma didáctica para mostrar a la recién unificada nación de Israel el camino de la redención de Dios y así también revelarnos su amor a través de esta. Dicha redención nos llega de igual manera hasta nuestros días, enseñándonos el propósito de la ley y la misericordia de Dios.

Esquema:

El libro se puede esquematizar muy fácilmente atendiendo a los personajes, lugar y horas en que tienen lugar las “escenas” de esta obra.

Cap. 1

Personajes: Elimelec, Noemí, Mahlon, Quelion, Orfa, Rut.

Lugar: Moab

Hora: Indefinida (10 Años)

Cap. 2

Personajes: Noemí, Rut, Booz

Lugar: Belén (Campo de Booz)

Hora: durante el día (las cosechas)

Cap. 3

Personajes: Noemí, Rut, Booz

Lugar: Belén (la era de Booz)

Hora: durante la noche (fiesta)

Cap. 4a

Personajes: Booz, Fulano

Lugar: Belén (La puerta)

Hora: durante el día

Cap. 4b

Personajes: Noemí, Rut

Lugar: Belén

Hora: Indefinida

Comentario:

La historia comienza con la salida por causa del hambre de la familia de Elimelec. Es interesante notar que los significados de las palabras se contrastan con los hechos. 1) El pueblo del que salen es Belén de Efrata que significa “el lugar donde se produce trigo muy abundantemente”; Belén “casa del pan” y Efrata “fructífero, abundante”, sin embargo, allí es donde se está pasando una gran hambruna para esta familia de la casa de Judá. 2) También los nombres de los personajes son interesantes: Elimelec “mi Dios reina”, Noemí “placentera”: dos nombres muy bonitos, sin embargo, sus hijos se llaman Mahlon (enfermo) y Quelión (débil) que al no ser nombres agradables y pudieran estar dándonos información respecto de la salud física de ellos.

Algunos han criticado porque Elimelec se va de “la tierra prometida” a Moab por causa del hambre como si fuera falta de fe en que “Dios reina”. Hay que considerar que pudiera estar simplemente siguiendo el patrón que Abraham, Isaac y Jacob establecieron. Al venir épocas de hambre ellos emigraron a Egipto, lugar donde Dios les proveyó refugio y alimento seguro. Pero se fueron a Moab y allá los hijos se casaron con Orfa y Rut. Después de 10 años encontramos a todos los hombres de esta familia muertos y sin descendientes. Esto era considerado como una señal de maldición y puso a Noemí en una situación muy difícil: pobre, viuda, sin hijos y extranjera (una mujer de mala suerte o maldita). El hecho de que en Belén había abundantes cosechas de nuevo le animan a tomar la decisión de regresar allá. Sin embargo su regreso a Belén va a ser en medio de mucho dolor y humillación por lo mencionado. Esto se dificultará mucho más si lleva consigo a dos extranjeras. Moab no solo era enemigo de Israel, sino proscrito por la ley dada a través de Moisés (Deuteronomio 23:3). Eso motiva a Noemí a pedirles que se vuelvan a las casas de sus padres y la dejen partir sola. En principio, ambas se niegan pero pronto Orfa accede y se va. La situación con Rut es muy diferente y, ante la insistencia de Noemi, Rut lleva a cabo un acto sorprendente apelando a Dios al hacer el juramento básico del contrato matrimonial con su suegra: “adonde tú vayas yo iré, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios. Donde tú mueras, allí moriré y allí seré sepultada. Así haga el Señor conmigo y aun peor si algo excepto la muerte nos separa”. Hay que entender que este fue un juramento en el nombre de Dios. Representa la forma más alta de juramento y ante eso no puede Noemí negarse o afrentaría al Señor mismo. A su vez, este juramento indica el claro renunciamiento de Rut a sus derechos al cedérselos a Noemí. De ahora en adelante la suerte de la una será para la otra. Como se dice en los matrimonios: “en las buenas y las malas”.

Una vez en Belén se acomodan entre los pobres y Rut, asumiendo su papel de “pobre y extranjera”, solicita permiso a Noemí para ir a espigar en los campos ya trillados. La ley de Moisés establecía que se debía dejar recoger a la gente necesitada. Es interesante notar que quien debería haber entendido y promovido esto es Noemí, pero ella se encuentra ensimismada. No blasfema, pero sí había pedido a sus conocidos que la llamaran Mara o “amargura” asegurando que Dios, el todopoderoso, estaba en su contra (que era una maldita). Noemí permite que Rut vaya a espigar y su nuera va a parar, sin saberlo, al campo de Booz. Él era un hombre a simple vista muy amable con su gente, pues los saluda diciendo: “que el Señor sea con ustedes”. Le permite recoger y que se acerque a comer con los segadores. Da instrucciones para que no la molesten y la dejen recoger granos de la gavilla, incluso que dejen caer algo para facilitarle su recolección. La trata muy amablemente. Le dijo: “todo lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle y como dejaste a tu padre, a tu madre y a tu tierra natal y viniste a un pueblo que no conocías” (Rut 2:11) y aún más: “que el Señor recompense tu obra y que tu pago sea completo de parte del Señor, bajo cuyas alas has venido a refugiarte”. 

¡Qué hermoso! ¿No? ¡Qué lindo el hermano Booz! Según el dicho de Nohemí, él era uno de sus parientes más cercanos (Rut 2:20). Entonces, ¿por qué no estaba haciendo nada por ellas si él estaba informado en detalle? ¿Será que es más fácil decir “Dios te bendiga y te cubra con sus alas” que darle al hermano(a) lo que necesita? (ver 1 Juan 3:17, Santiago 2:15-17). En contraste con esta actitud, Rut no solo dejó todo atrás, sino que guardó una porción de su comida para Noemí. Al final de cada día de trabajo no solo carga a la casa todo lo que había recogido, también el sobrante que había guardado de su comida. Llegando se lo da a Noemí. ¿Qué tiene esto de especial? Que Rut está pensando en su suegra con hambre. Y al final del día, sin importarle el cansancio de un día de trabajo, lleva aquello que les servirá de sustento y comida lista para que su suegra se alimente. ¡Esto es actitud de servicio y misericordia!

Después de esto, por fin empieza Noemi a entender lo que debe hacer, considerando la Ley de Moisés. Ella sabe que existe la ley de Levirato por la que, si un hombre moría sin dejar hijos, su hermano o el pariente más próximo debía de tomar por mujer a su viuda a fin de cuidarla y levantar descendencia al muerto. Entonces le pide que haga algo que es realmente peligroso: que se bañe y se perfume y se ponga su mejor ropa (es decir que se prepare como si fuera a tener relaciones sexuales) y vaya a la era. En ese lugar los hombres esa noche en particular iban a tener una fiesta en la que beberían vino y se alegrarían. No es un lugar a donde se recomiende a una mujer ir, mucho menos recién bañada y perfumada. ¿Leyeron las historias de Jueces que comente en la introducción? Si no es un buen momento para que lo hagan y comprendan lo que le podía pasar en esa época en ese lugar. Obviamente el consejo de Noemí pone en un situación de peligro a Rut, sin embargo, ella no objeta nada y hace lo que le pide su suegra. Cuando Rut llega a la era y se acuesta junto a Booz, cuando este se da cuenta que una mujer está junto a él le pregunta quién es. Rut se da a conocer y le pide extender su manto sobre su sierva por cuanto es pariente cercano. Es decir, le está pidiendo que cumpla la ley de Levirato. De paso está contestando a la frase que él le había dicho cuando la conoció. Él dijo: “Dios te bendiga y te cubra con sus alas”.  Ahora, ella le responde: “cumple la ley y entiende que el Señor me cubrirá con sus alas usándote a ti mientras extiendes tu manto sobre mí”. Booz comprende para actuar en consecuencia, pero conforme a la ley, pues otro tiene el derecho preferencial de redimir. ––“Si él lo hace bien, pero si declina hacerlo, lo haré yo”, dijo Booz a Rut. Le manda un presente a Noemí. ¿Quizás fue una señal de compromiso? Rut regresa, cuenta todo a Noemi y entiende el significado: “este hombre no descansará hasta que lo haya arreglado hoy mismo” (Rut 3:18).

Booz se va a la puerta de Belén. La puerta es el lugar donde se arreglan los asuntos legales del pueblo. Cuando iba pasando el pariente que tenía preferencia para redimir a Rut es interceptado por Booz y frente a 10 testigos ––usualmente 2 son suficientes–– le pregunta si él quiere redimir la propiedad de su pariente Elimelec, incluida a su viuda.

Hagamos un alto y expliquemos lo que significa “redimir” en este contexto. Al redimir a una viuda cumpliendo con la Ley de Levirato la persona que toma por mujer a la viuda se apropia de todas las tierras del esposo difunto, pero tiene la obligación de trabajar esas tierras y procrear hijos con la viuda. Los cuales serán considerados hijos del difunto y, para efectos reales, serán los propietarios de las tierras. Es como trabajar sin ganancia la tierra para otros.

Por lo anterior, cuando al pariente con preferencia se le preguntó si quería redimir, primero respondió afirmativamente, pensando en su ganancia en tierras tomando en cuenta que en era un tiempo de abundantes cosechas. Pero al saber que había una viuda y que debía cumplir el Levirato, se negó pensando: “no sea que perjudique mi heredad”. Esa era una actitud bastante mezquina y egoísta (Deuteronomio 25:8-10). Es interesante que, a pesar de los siglos, conocemos por nombre a todos los actores de este drama excepto a este “fulano” (Rut 4:1 en versión Reina-Valera).

Booz acepta el derecho cedido de redimir, se casa con Rut, tienen un hijo que “fue puesto en el regazo de Noemi”. Así Rut cede el derecho de su hijo y este es considerado hijo de Noemi (Rut 4:17).

El final del libro es una genealogía que inicia desde Fares (Rut 4:18), el hijo de Tamar. Ella era una mujer que también le había sido negado el derecho de Levirato hasta que se disfrazó de prostituta y tuvo relaciones con Judá, su suegro, de quien finalmente tuvo descendencia. La genealogía continua hasta David, quien sería Rey de Israel.

Conclusiones:

En cierta manera el libro de Mateo es un comentario o un cumplimiento del libro de Rut. El apóstol nos muestra la misma genealogía que en Rut pero incluye nombres de cuatro mujeres, todas ellas con una historia controvertida (Tamar, Rahab, Rut, y Betsabé). Esto pone a Rut directamente en la genealogía de nuestro Señor Jesucristo. Sí, una moabita a quien Dios había maldecido, había sido redimida de esa maldición. Por conducto de ella el Señor marco la línea genealógica de quien habría de redimir a toda la humanidad.

Esta historia muestra a una Rut que se apega a la Ley del Señor como medio de vida. Renuncia a todo, cede sus derechos, solicita y actúa con base en esa revelación. Con su ejemplo, hace que Noemí y Booz entiendan y apliquen la voluntad de Dios a sus vidas. Quizás esta sea la historia que mejor refleje la idea de Pablo cuando les escribe a los filipenses pidiéndoles: “haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo…” (Filipenses. 2:5-8) .


Índice A.T.