“Romanos es justamente la parte principal del Nuevo Testamento y presenta el evangelio en su forma más clara.”                                                                        Martín Lutero, 1522

“Si comprendemos esta epístola, se nos abre un pasaje hacía la comprensión de todas las Escrituras.” Juan Calvino, 1539

“Romanos es el libro del Nuevo Testamento que más ha influenciado la teología cristiana y tal vez toda la cultura occidental”, Gordon Fee, How to read the Bible book by book.

Antes de comenzar…

Situación A1:

Si tuvieras que escribir una carta para conseguir apoyo para tu viaje misionero, ¿qué temas incluirías en tu carta? ¿Cómo definirías tu misión? Describe de qué manera te podría ayudar la iglesia a la que escribes.

Situación A2:

Eres miembro de un comité de misiones en tu iglesia. Un misionero que nunca has  visto les ha escrito pidiendo ayuda en su misión de alcanzar un pueblo lejano. ¿Cuáles son los criterios para evaluar al misionero? Solo conoces al misionero por la carta que te ha enviado.

Situación B:

Si tuvieras que escribir un resumen de la doctrina cristiana, ¿qué pondrías acerca de las doctrinas básicas de la iglesia? ¿Qué es el pecado? ¿Qué ha hecho Cristo para remediar la situación de pecado en la que vivimos? ¿Cuál es la relación entre el creyente en Cristo y el pecado? ¿Cómo te relacionas con el Espíritu en tu diario vivir? ¿Qué sucedió con los judíos? ¿Cómo debe vivir el cristiano hoy? ¿Gobierno y autoridad? ¿Otros hermanos?

Situación C:

Estás escribiendo a una iglesia dividida por raza y cultura. Escribe una carta que explique por qué su relación en Cristo los une en un solo pueblo. ¿Qué elementos de su comprensión del Evangelio mencionarías para darles una identidad en Jesús?

Presentación de Romanos

Pablo escribe esta epístola a una iglesia que no había conocido. Esto crea una circunstancia poco común entre las cartas de Pablo. También es poco común que Pablo escriba una carta pidiendo ayuda a una iglesia para un viaje misionero.

Pablo desarrolla la carta de una forma muy lógica. Concluye cada tema y comienza la siguiente sección con una pregunta que responde al final de la exposición en la sección previa.

La presentación de Pablo a Romanos (Romanos 1:1-15)

Pablo empieza el libro identificándose como un siervo de Jesucristo, quienle comisionó para predicar el evangelio, el cual es la verdadera interpretación del mensaje del Antiguo Testamento acerca de su Señor. Jesús es descendiente de David en lo humano y es Hijo de Dios, es decir, con su misma naturaleza divina. Esta es declarada públicamente por medio de su resurrección de entre los muertos. Pablo declara que su misión es anunciar a todas las naciones este evangelio, (1:13-15)

El autor tiene deseos de ver a los romanos y ayudarles a fortalecer su fe y compartir el evangelio a su comunidad.

El Tema de Romanos (Romanos 1:16-17)

“A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles. De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: ‘El justo vivirá por la fe’”, (Habacuc 2:4).

Lo que Pablo enseña no es nada nuevo. La salvación por fe ya está presente en el Antiguo Testamento, en Habacuc. Si uno entiende bien el mensaje de Habacuc puede entender Romanos.

Bosquejo de Romanos

El problema del pecado (Romanos 1:18-3:23).

La justificación por la fe (Romanos 3:24-5:21).

La lucha cristiana contra el pecado (Romanos 6:1-7:25)

El Espíritu y la vida cristiana (Romanos 8:1-39).

La salvación de Israel (Romanos 9:1-11:32).

Doxología (Romanos 11:33-36)

Cómo deben vivir los cristianos (Romanos 12:1-15:13)

Intención misionera de ir a España (Romanos 15:14-33)

Reconocimientos de Pablo a cristianos participantes en la misión (Romanos 16:1-27).

Pecado

La Biblia presenta el pecado como la causa básica de los problemas del hombre. El pecado ha separado al hombre de Dios y hace que se distancie del Evangelio. La actitud de Dios hacia el hombre es de ‘ira’, (Romanos 1:18). No todos aceptan la definición bíblica de pecado. Carlos Marx, por ejemplo, pensaba que el problema básico del hombre era la lucha de clases. Unos geógrafos piensan que es por el lugar geográfico donde nacemos. Unos químicos creen que el problema básico del hombre es la contaminación. Si no podemos limpiar la planta de los tóxicos químicos no podemos sobrevivir.

En Romanos se define al pecado como ignorar quién es Dios: no lo honramos como a Dios, ni le damos gracias (v. 21). La consecuencia de esta ignorancia voluntaria es que Dios está enojado con el hombre. Su enojo no sólo es por nuestra ignorancia voluntaria, sino porque impedimos que otros conozcan a Dios. Aun en iglesias o ministerios es común que la autoridad limite a la gente a conocer más allá del enfoque de su organización o su corriente teológica. No ayudan a la gente a descubrir o aprender todo el consejo de Dios.

Colectivamente impedimos que otros conozcan a Dios. Esto se ve en todos los aspectos de la vida. Muchas universidades han excluido el estudio de Dios de sus currículos. En algunos países no se puede recibir un título en Teología. En otras universidades ridiculizan a los que creen en Dios por ser algo anticuado. Augusto Comte, fundador de la Sociología, pensaba que sólo el hombre primitivo creía en Dios. Mientras que el hombre progresaba, iba dejando a un lado los mitos de los primitivos. La gran tentación del hombre moderno es pensar que puede tener una vida exitosa sin tomar en cuenta a Dios.

La consecuencia de la ira de Dios por nuestro pecado es que Dios nos entrega a una mente depravada. Dios nos condena a vivir una vida esclava al pecado. El pecado mismo es un juicio para el pecador que ignora a Dios como también lo es el razonamiento entenebrecido. ¿Qué pasaría en este mundo si Dios estuviera enojado con el pecado?

Capítulo 2. Pero no son mejores los judíos, el pueblo de Dios. Ellos también son pecadores. De alguna manera son más pecadores que los gentiles porque tienen la revelación de Dios y sus leyes les dicen qué hacer. También tienen a los profetas. Pablo hace la pregunta: ¿qué ventaja tienen en ser judíos? La respuesta es que ellos tienen la revelación de Dios. Esto no significa que sean mejores personas.

Concluye su argumento acerca del pecado diciendo que todos los hombres, judíos y gentiles, son culpables de ser pecadores: ¨No hay justo, ni uno¨. Esta conclusión establece la necesidad universal de salvación para todos los hombres.

Enseguida explica cómo Jesús es la salvación para todos los hombres.

Justificación por fe – Salvación (Romanos 3:21-3:31)

La primera consecuencia de la universalidad del pecado es que la justicia de Dios también tiene un alcance universal en que todo hombre que cree puede recibirla mediante la fe en Jesucristo. No hay distinción entre los pueblos.

Según Martín Lutero esta sección es “el punto principal de la Epístola, y de toda la Biblia”, (Margen de la Biblia de Lutero, sobre Romanos 3:23 y ss.).

Esta sección expande una parte del tema principal (Romanos 1:17 // 3:21): “Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas”. El evangelio es distinto de la ley como un medio para reconciliarse con Dios, pero estaba anticipado y explicado en la ley y los profetas del Antiguo Testamento.

Pablo argumenta que la salvación es por fe en contraste con las obras de la ley. Este argumento que se extiende por todo el libro no es sólo un concepto del cristianismo. Pablo usa a Abraham como ejemplo porque es el primero en la Biblia que es contado como justo con base en la fe (Génesis 15).

Noten bien: Este texto usa mucho las palabras “justo”, “justicia” y “justificación”. Es importante tener una definición basada en el texto para entender Romanos. Recomiendo que las busques en un diccionario.

En 3:25 Cristo nos redime con el acto de propiciación. La propiciación en el Antiguo Testamento se refiere a un sacrificio para aplacar la ira de Dios. Se llevaba a cabo en la tapa superior del arca del pacto donde se rociaba la sangre en el día de la propiciación. Entonces, la ira de Dios que explica 1:18ss es quitada por Jesús en la cruz y se hace su efecto por medio de la fe.

Propiciación no es sólo un aspecto de lo que hizo Jesús en la cruz. También está la redención, la reconciliación y la expiación. Una sola palabra no puede describir toda la obra de Cristo.

Guillermo Hendricksen traduce Romanos 3:24-25 así:

Siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención (lograda) en Cristo Jesús; a quien Dios designó que fuera, por el derramamiento de su sangre, un sacrificio que aplaca la ira, (efectivo) por medio de la fe.

La frase por el “derramamiento de su sangre” implica que Jesús es nuestro sustituto como el cordero era un sustituto para la gente que llevaba el castigo que ellos merecían. Por eso Juan el bautista anuncia que Jesús es “el cordero que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).

Pablo habla de que no podemos pensar que somos mejor que otros. Todos somos igual de pecadores. No podemos jactarnos de que somos salvos por ser mejores que otros ni podemos decir que por nuestra obediencia somos salvos. Si fuera así Cristo no hubiera tenido que morir por nosotros. Lo que era imposible para nosotros, nos es dado por la sangre de Jesús.

La pregunta obvia que hizo Pablo es si esta línea de pensamiento no invalida la ley que sí requería obediencia.

La salvación por fe: el caso de Abraham (Romanos 4:1-25)

Lo que Pablo presenta en esta etapa de su argumento es que la justificación por fe tiene su fundamento en la vida de Abraham. La justificación por fe no es una cosa nueva con los cristianos, sino la manera en que Dios justificó a su pueblo desde el principio. La justificación por fe es fiel a la enseñanza del Antiguo Testamento. Los verdaderos seguidores de la fe de los padres son los que creen en Jesús.

Justificados tenemos paz para con Dios (Romanos 5:1-8:39)

¿Cuáles son los resultados de la Salvación que hemos recibido a través de Cristo? Se emplea aquí la palabra “justificación” para describir nuestra Salvación: 1. el resultado de creer que Jesús es la propiciación de la ira de Dios y el creer se nos cuenta como nuestra justicia, y eso nos da paz para con Dios. Ya no tenemos a Dios como enemigo, sino que Él es nuestro amigo y hermano; 2. el segundo resultado es que tenemos esperanza en la gloria de Dios y para la salvación; 3. reconciliación con Dios; 4. acceso a Dios; 5. gozo en el sufrimiento; y 6. el amor de Dios hacia nosotros. Todos estos temas se suman a la certeza de la salvación – justificación final.

Esta larga sección también termina en una descripción de nuestra salvación final en Romanos 8:31-39.

Moo indica que entre estas afirmaciones de esperanza, Pablo trata las amenazas para nuestra esperanza: la ley y el pecado (Moo, 168-169).

Para quienes es la salvación: Adán y Cristo

Pablo está argumentando que la salvación en Cristo es para todos (judíos y gentiles) los que creen en Jesús. Los judíos tenían la idea de que sólo ellos podrían ser salvos. Ellos no habían tomado en cuenta que Dios no era sólo el Dios de los judíos, sino el creador y Dios de todos (Romanos 3:29-30). Por eso, Pablo regresa a Adán para mostrar que Cristo es la cabeza de una nueva creación de los que crean en Dios. Pero en lugar de traer la muerte, Cristo nos trae vida a todos los que creemos en Él.

Adán, el primer hombre, pecó y como era la cabeza de la raza humana trajo el pecado y la muerte a todo ser humano. Cristo de igual manera trajo el mensaje de salvación a todos los hombres.

¿Cómo puede la acción de un solo hombre traer vida a todos los hombres? Pablo también argumenta que como el pecado de un sólo hombre trajo la muerte a todos los hombres, no debe sorprendernos que el acto de justicia de un solo hombre debe traer vida a todos los que creen en Él.

Pablo afirma que todos los hombres son pecadores y están bajo la sentencia de muerte, puesto que “todos pecaron” (Romanos 5:12). La ley no es la fuente de pecado porque los hombres pecaron antes que fuera dada la ley, porque todos murieron.

Nos da un contraste entre Adán y Cristo. Por Adán, el pecado entró al mundo y por Cristo entró la gracia. Pero Cristo es mucho mayor que Adán, ya que este cometió una transgresión pero por por Cristo “muchos serán constituidos justos” (Romanos 5:19). Anoten todas los contrastes entre Adán y Cristo.

La ley y la gracia (Romanos 5:20-21)

Pablo explicó la función de la ley y su relación con la salvación. Él había vivido pensando que la ley era un medio de salvación, pero descubrió que la ley no puede salvar a nadie. El propósito de la ley está presentado en una forma negativa, ya que “intervino para aumentar la transgresión”, (Romanos 5:20). Porque “todos los que viven por las obras que demanda ley están bajo maldición” (Gálatas 3:10), y añade que “… por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque ‘el justo vivirá por la fe’, (Habacuc 2:4 citado en Romanos 1:17). “La ley vino a ser nuestro guía (ayo) encargado de conducirnos a Cristo para que fuéramos justificados por la fe. Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos sujetos al guía”, (Gálatas 3:24-25). Pablo ha rechazado la ley como medio de salvación y como guía para la vida cristiana.

El pecado y el cristiano (Romanos 6:1-23)

Ya tenemos varios problemas. “¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde?”, (Romanos 6:1). Muchos piensan que sin la ley el hombre es libre para seguir pecando. Pero esto no es la perspectiva de Pablo. Él ve que la ley en lugar de traer salvación trajo condenación porque nadie puede cumplirla al 100%.  Debemos tener otra alternativa para alcanzar la salvación. Esto no quiere decir que Pablo rechaza la santidad, como lo voy a explicar.

El segundo problema que tenemos en este texto es que si Pablo rechaza la ley, ¿qué motivación tenemos para no pecar? Tenemos que poner mucha atención a Pablo para captar sus razones de no pecar, porque ya rechazó la ley como medio de salvación o medio de vida para los cristianos. Obviamente, si rechazamos las enseñanzas de Pablo, también estaría rechazando el evangelio de Jesús. Hay que leer cuidadosamente los argumentos.

El primer argumento: “Si hemos muerto al pecado, entonces, ¿cómo es posible que sigamos viviendo en pecado?” Si vivimos en pecado olvidamos que morimos con Jesús. Olvidamos nuestra relación con Él. Esto no es el argumento de la ley. Continúa Pablo explicando que si estamos vivos no podemos permitir que el pecado controle nuestra vida. Esto no es el argumento de la ley.

El segundo argumento (Romanos 6:16) va así: Si Cristo nos ha librado de la ley, podemos hacer lo que nos dé la gana. Pero Pablo dice que si obedecemos el pecado somos esclavos del pecado. ¿A qué obedeces? Si eres pecador, eres esclavo de pecado (Juan 8:34-36). Entonces la pregunta es: ¿a quién sirves o a quién adoras? ¿Estás sirviendo a Cristo? En lugar de estar sirviendo al pecado deben darse cuenta de que son esclavos de la justicia.

La ley y el cristiano (Romanos 7:1-25)

La segunda amenaza para nuestra relación con Dios es la ley. Pablo indica que la ley está limitada a los que están vivos. Al morir, la ley ya no tiene efecto porque la ley no controla a hombres muertos. Entonces Pablo llega a una conclusión, “… ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los muertos”, (Romanos 7:4 NVI). El hecho de que estamos muertos a la ley significa que estamos libres para servir a Dios (Romanos 7:6).

La ley tiene una función santa que es de enseñarnos qué es el pecado, (Romanos 7:7-12). La ley intensifica el pecado, por hacerlo más consciente para nosotros. La conclusión de esta sección es que la ley sigue siendo santa y está cumpliendo su función.

En esta sección (Romanos 7:13-25) describe la lucha del cristiano con el pecado y la ley. El Nuevo Testamento supone que el cristiano va a tener una lucha continua con el pecado. Más no puede decir que se libra de la lucha sin culpar a Dios (1 Juan 1:8-9).

El Espíritu y el creyente (Romanos 8:1-39)

Romanos 8:1 indica que, a pesar de nuestras debilidades, si estamos en Cristo no estamos bajo condenación. La segunda frase de Romanos 8:1 no es parte de este enunciado. Es el Espíritu quien nos saca de esta encrucijada. La ley por sí sola no pudo librarnos del pecado, para lo cual Dios tenía que enviar a su propio Hijo. Ya no vivimos según nuestra naturaleza pecaminosa, sino según el Espíritu (Romanos 8:4).

Podemos ver claramente los que viven según la naturaleza pecaminosa porque ellos tienen su mente fija en los deseos de la carne (Romanos 8:5 ver 1 Juan 2:15-17 donde el “mundo” es sinónimo de “la carne”). En cambio los cristianos fijen su mente en los deseos del Espíritu (ver Colosenses 3:1-4 “las cosas de arriba donde Cristo está sentado a la derecha de Dios …”).

Hijos de Dios guiados por el Espíritu de Dios (Romanos 8:14-30)

Si somos “hijos de Dios” somos “guiados por el Espíritu de Dios”. El Espíritu está en cada hijo de Dios. También el Espíritu de Dios nos permite clamar “¡Abba!  ¡Padre!”. Es decir, sabemos que somos hijos de Dios. Y si somos hijos de Dios tenemos la certeza de un futuro seguro. Toda la creación está a la expectativa de lo que Dios va a hacer por sus hijos.  El Espíritu que Dios nos da son las primicias de lo que Él tiene preparado para nosotros en el futuro, intercede por nosotros y completa nuestras oraciones.

Nuestro futuro está seguro porque Dios termina lo que ha empezado. Por lo pronto, la creación, los creyentes y el Espíritu gimen para el cumplimiento del plan de Dios.

Todo esto señala que el plan de Dios está seguro y la obra del Espíritu es parte. Sabemos que los que son conocidos por Dios son predestinados, llamados, justificados y glorificados. Sabemos que Dios es capaz de llevar a cabo lo que haya empezado, (Filipenses 1:6).

Estamos seguros en Cristo (Romanos 8:31-39)

Describe las cosas que el cristiano pueda pasar sin perder su esperanza en Dios. Que ni las acusaciones, las tribulaciones, la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, la violencia, la muerte, la vida, los  ángeles, los demonios, lo presente, lo por venir, los poderes, lo alto, lo profundo ni alguna cosa creada podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús. Nuestra esperanza está segura.

La cruz y la salvación de judíos y gentiles (Romanos 9:1-11:32)

La exposición del Evangelio según Pablo provoca muchas preguntas acerca del plan de Dios, particularmente para con los judíos. ¿Había abandonado a los judíos Dios? ¿Cómo van a ser salvos los judíos o los gentiles? ¿Es la misma salvación? ¿Se alcanzará la salvación con los mismos medios?

El deseo de Pablo para la salvación de Israel (Romanos 9:1-5). Pablo prefiere su propia maldición a la perdición de su raza.

No todos los de Israel son Israel (Romanos 9:6-13)

Esta ha sido la situación desde Abraham hasta el presente. Muchos consideraron su relación con Dios como automática, pero esto no corresponde a la historia. Abraham tenía muchos hijos pero la promesa sólo era para Isaac. Y lo mismo era la situación con los hijos de Isaac. Tenía dos hijos: Esaú y Jacob y la promesa era de Jacob y no de Isaac.

¿Es Dios injusto? (Romanos 9:14-29)

Nuestra elección no depende de nosotros, sino de Dios. Este es su derecho como creador (alfarero, ver Jeremías 18). Esto también corresponde a lo que Oseas profetizó, “Llamaré ‘mi pueblo a los que no son mi pueblo; y llamaré ‘mi amada’ a la que no es mi amada”, (Romanos 9:25). También se encuentra en Isaías: “Aunque los israelitas sean tan numerosos como la arena del mar, sólo un remanente será salvo…”, (Romanos 9:27).

La búsqueda de la ley perfecta (Romanos 9:30-33)

Pablo rechazó que la solución al problema humano fuera la búsqueda de una ley perfecta. Esta solución la tenían los judíos, pero era inadecuada. En lugar de llegar a confiar en Dios, la ley les llevaba a confiar en sí mismos. Ellos pensaban que ellos se salvaban por sus propios esfuerzos de obedecer la ley. Perdieron de vista  confiar en Dios. En lugar de confiar en Dios estaban confiando en su propia justicia.

La búsqueda de la ley o las leyes perfectas desvía la vista de las cosas arriba donde está Cristo a este mundo. Nos desvía de tener fe en Dios a una reglamentación de la vida en la tierra. Nos desvía de la libertad a la esclavitud.

Cualquier proyecto para ser cristiano que esté basado en la reglamentación de la vida en lugar de tener fe en Cristo representa un rechazo a la fe en Dios y en el fondo es una búsqueda de establecer nuestra propia justicia. Nuestra propia justicia jamás puede salvarnos o a nuestra sociedad.

La búsqueda de la ley perfecta es un rechazo de Cristo porque implica que podemos perfeccionar la vida por nuestro propia cuenta. Este es el error de los fariseos. Ellos pensaban que podrían alcanzar la perfección por sí mismos. Pablo dijo que tenía que contar su “perfeccionismo por basura” o “confianza en esfuerzos humanos” como basura y sólo confiar en Jesús, (Filipenses 3:1-7).

Conclusión: No podemos alcanzar la justicia que Dios pide de nosotros por esfuerzos humanos. La justicia que Dios pide sólo es alcanzable por fe (Génesis 15:6 y Romanos 4:3). Este es el criterio para evaluar los proyectos de iglesia y servicio de los cristianos. No podemos invertir en proyectos que no tienen la meta de producir fe en Jesucristo.

Ignorancia causa perdición (Romanos 10:1-13)

Pablo reconocía que los judíos tienen mucho celo por Dios, pero como el celo no estaba basado en el conocimiento, se desviaron. Al no tener conocimiento de Dios buscaron establecer su propia justicia rechazando el plan de Dios para su justificación, (Romanos 10:3). Y no sólo eso, también buscaron que la presencia de Dios estuviera garantizada por los cultos. Esta búsqueda de la presencia de Dios no es el resultado de creer en Dios. Dios no está en la sensualidad sino en “la palabra que predicamos”. Hay muchos que siguen los mismos patrones de buscar la presencia de Dios hoy en las iglesias evangélicas. Así corremos los mismos riesgos como resultado de la ignorancia de las Escrituras.

Todos tenemos un solo Dios: “No hay diferencia entre los judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos, … “ (Romanos 10:12).  y todos somos salvos por creer en en nombre de Jesús por igual. “… todo el que invoque el nombre del Señor (sea judío o gentil) será salvo”, (Hechos 2:17).

Doxología (Romanos 11:33-36)

Al terminar su explicación de la doctrina cristiana (el evangelio), Pablo toma citas del Antiguo Testamento para formar una doxología. Está maravillado al ver qué ha hecho Dios en el evangelio.

“33 ¡Qué indescifrable son sus juicios e impenetrables sus caminos!

34 ¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero? (Isaías 40:13).

35 “Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague” (Job 41:11). Con esta frase Pablo inserta todo el libro de Job en el argumento de Romanos. Vea el libro de Job en este blog para ver como esta frase resume el libro de Job.

36 “Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él” (ver Colosenses 1:15-20).

Cómo vivir como cristiano (Romanos 12:1-15:6)

Romanos 12:1-2 es el puente entre la explicación de la salvación (doctrina) y la práctica cristiana. Es similar a las otras transiciones como Gálatas 5:1, Colosenses 3:1-4 y Efesios 4:1. Si hemos recibido misericordia de parte de Dios, estamos obligados a entregar nuestros cuerpos como un sacrificio vivo en agradecimiento a él para cumplir nuestro servicio a él (culto), por haber entregado su vida para darnos salvación. Tenemos que dejar de pensar según la manera de este mundo y ser transformados por la renovación de nuestra mente para reflexionar sobre lo que él hizo para salvarnos (de todas las Escrituras). Esta es la manera en que podemos saber la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas. La motivación para vivir la vida cristiana es el agradecimiento por la misericordia que hemos recibido al creer en Jesús.

Pablo bien sabía que si los cristianos no mantuvieron su fe en la mente iban a perder su capacidad de funcionar como cristianos en su cultura. La cultura iba a obligarlos a conformar a las comunidades.  También supongo que estaba consciente de que si no podían explicar su fe a sí mismos no iban a poder evangelizar a otros. Como dice Douglas Moo, “La única solución es someternos a un programa de adoctrinamiento, es decir, formar nuestra mente de tal modo en la cosmovisión bíblica que estemos protegidos de los ataques de la cultura a nuestro pensamiento” (Moo, p. 385).

Principios generales (Romanos 12:3-21)

Primero, “nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado”, (Romanos 12:3). No debemos ser orgullosos, porque el orgullo es opuesto a la fe (Habacuc 2:4).

Segundo, uno debe reconocer la variedad de dones y habilidades que Dios ha dado a todos. Dios mismo es la fuente de la variedad de los dones que tenemos. También si no usamos los dones que Dios nos ha dado, los perdemos y se atrofian. Asegura que todos estén participando en la familia, trabajo, iglesia o ministerio. Un cuerpo que tiene una pierna que no está funcionando está enfermo. Todos tienen que participar.

Las autoridades (Romanos 13:1-7)

“Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él”, (Romanos 13:1).

Pablo escribió esto estando en Nerón en el poder. Era un emperador injusto que pensaba que él mismo era un dios  y que podía hacer lo que le daba la gana, por encima de cualquier ley. Sin embargo, Pablo pidió a los cristianos ser obedientes a él, porque toda autoridad es dada por Dios. Esto incluye el pago de impuestos.

Nuestras responsabilidades para otros (Romanos 13:8-14)

No debemos tener deudas con otras personas. No debemos codiciar lo que otros tengan. No debemos cometer adulterio. Debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El amor no debe perjudicar al prójimo. El amor es la ley que debemos cumplir.

Los débiles en la fe (Romanos 14:1-15:13)

No debemos pensar que unos somos mejores que otros. Debemos recibir a los que son débiles en la fe al hacer todo lo posible para no ofenderlos. Pablo mencionó dos tipos de debilidad específica: comer o no comer ciertos alimentos y el guardar ciertos días. Estas cosas no son importantes. Lo importante es que vivamos para el Señor. Estas cosas son de este mundo y “el reino de Dios no es cuestión de comidas y bebidas, sino justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo”, (Romanos 14:17). Por tanto, los fuertes deben soportar y apoyar a los débiles.

La misión de Pablo y sus planes (Romanos 15:14-33)

Pablo declara su misión de predicar el evangelio de Dios a los gentiles. Escribió: “los que nunca habían recibido noticia de él, lo verán; y entenderán los que no habían oído hablar de él”, (Romanos 15:21). Está buscando que la iglesia romana le apoye en su viaje a España para predicar el evangelio. Pablo escribe su entendimiento del evangelio para convencer a los romanos de que el mensaje de Jesús es el correcto para que ellos lo apoyen en su misión. Está levantando fondos.

Reconocimientos y despedida (Romanos 16:1-27)

Los reconocimientos son para la gente que colabora en el evangelio. Más de la tercera parte de los reconocimientos van a mujeres como su colaboradores más cercanos. Ellas ocuparon puestos importantes en la iglesia como “diaconisas” (Romanos 16:1) y posiblemente “apóstoles” (Romanos 16:7).

Cuiden de los que causan divisiones y sepárense de ellos (Romanos 16:17).

Conclusión: “El Dios eterno ha revelado su misterio por medio de los escritos proféticos, según su propio mandato, para que todas las naciones obedezcan a la fe. “¡Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo, al único sabio Dios, sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo! Amén”, (Romanos 16:25-17).

Bibliografía:

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Índice N.T.